… y Lo hicieRon un SaNto

Había:
- Cacerías
- Monterías
- Romerías varias
- La Romería por excelencia
- Cursos
- El Master
- Viajes de placer y negocios
- Miles de horas de trabajo

Y cuando el guerrero descansaba siempre lo hacia en mi compañía porque existía la escusa que avala una enfermedad y un duro tratamiento.

Resultaban comprensibles las mentiras que no parecen ser ciertas pero que la justifican la sinceridad con que confesaba el lugar y los motivos, por supuesto, manifestados por voluntad propia, las preguntas nunca fueron mi fuerte, y es que ante una pregunta la respuesta nunca sabes si es la verdad o no, ante lo cual ¿para que preguntar?…

La solución condicionar mi tiempo ante una espera siempre incierta, me convertí en Penélope, aguarde impaciente a que volviera, y si, tal vez de alguna manera, aun siga esperando, aunque a ahora no tengo claro cual es el motivo de mi espera, quizás, el alma no atiende a razones ni a desaires.

Y es que ahora la espera es relajada, sigo mi vida como siempre con el botón del olvido en “on”, eso si se me dio siempre fenomenal, olvidar, olvidar para poder continuar, pero por primera vez me di cuenta que no es rentable porque descuidas un par de detalle el rencor y el orgullo.

Quizás ahora si quiera tener estos detalles como acompañantes, los necesito, al igual que la fuerza o mas bien la valentía, el valor para saber que yo puedo, se, conozco y lo merezco todo.